domingo, 23 de febrero de 2014

SEÑORIO DE FITERO-Roble 2011



 
 
SEÑORÍO DE FITERO



Nombre.- Señorío de Fitero. Roble 2011.

Uva.- Garnacha.

Denominación de Origen.- Navarra

Precio de mercado.- Poco mas de 2 euros

 
 
 
 
Cuando buscaba en el super el vino que tomaría esta semana, encontré este de presentación austera, con su etiqueta como envejecida, fea,  y que en ocasiones puede ocultar un mayor derroche en cuidado interno. En cualquier caso, lo que finalmente me decidió a cogerlo fue el ver la señalización en rojo de la uva del que procede GARNACHA,  a modo de reclamo. Así que, a la cesta. Además, completé la compra con unos cuartos de pollo para hacerlos en salsa, creo que le irá genial.

Como hemos hecho en ocasiones anteriores, por sus tres meses en barrica de roble, decantamos el vino y dejamos se oxigene un rato.

Su densidad cayendo llama la atención. Me ilusiona ya de antemano. Parece que tendremos un vino recio y fornido para degustar.

Al servirlo en la copa se le ve color turbio, marrón oscuro que no atrae. Además le veo unas burbujitas, puede que tenga un poco de carbónico, bien por fermentación en botella o por poseerlo el vino antes del embotellado. Luego veremos como lo notamos al olfatearlo.

Para ver su untuosidad, balanceamos un poco la copa para que el vino impregne el interior y vemos que la caída el vino es muy lenta dejando marcas como lágrimas, manchando incluso la copa.

Seguidamente, acerco la copa a la nariz y olfateo un par de segundos. Con este primer proceso noto un aroma terroso, a tierra, como cuando removemos la arena de las macetas o regamos. Aunque no despende mal olor como si esas burbujitas fuese debido a un mal estado del vino.

Para el segundo olfateo giramos el vino en movimientos circulares de la copa, En este nuevo análisis se reafirma lo anterior, es mas mohoso tal vez. Lo que hemos comprobado además, es que esas burbujitas que tenía, desaparecieron cuando giramos el vino.

Para completar el proceso de esta fase olfativa, volvemos a hacerlo, notando en esta ocasión olor a setas cortadas. Habría que investigar un poco con la bodega y conocer la edad de la barrica.

En cualquier caso, lo estaba deseando probar. Conocedor de mi atracción por este tipo de uva, quería saber si el gusto remontaba la calificación global.

Al primer sorbo y removido en la boca con la lengua, lo estrellamos contra el paladar y que inunde toda la boca, tragándolo acto seguido. En boca, resulta de intensidad media, aunque deja huella. Su sabor resulta levemente ácido, en principio con toques de amargor. Su retronasal no es muy fuerte, reafirmando la fase olfativa.   

En los músculos de la boca nos deja una untuosidad generosa, de cuerpo amplio, como ya veíamos lo que hacía en la copa.

Además este sorbo nos da calidez  y eso es debido a la acidez que hemos detectado anteriormente.
 
Para determinar los taninos de este vino, lo acompaño con una rebanada de pan integral  tostado con un poco de paté. Tras un generoso sorbo, puedo detectar que su tanino es áspero,  dejando sequedad de la boca poco agradable, aunque eso da sensación de necesidad de tomar otro sorbo y que luego de tomarlo desaparece.

Con estos antecedentes claroscuros  no lo descarto para seguir con él para el resto de la comida. Así que lo llevo a la mesa donde ya tenia preparados esos cuartos de pollo en salsa, con los que no fue mal y se dejo beber

Aún así, estimo este vino iría bien con quesos mohososo, bien curados, y chacinas ibéricas.

Aunque creo que no lo volveré a comprar.

Un saludo.

domingo, 16 de febrero de 2014

RAMÓN BILBAO


 

 



Ramón Bilbao

 
 

Nombre.- Ramón Bilbao Reserva del 2008.

Uva.- Tempranillo 90%,

Graciano y Mazuelo 10%

Denominación de Origen.- Rioja (Haro, Logroño)

Precio de mercado.- Sobre 12 euros

 
 
 
 

Este es uno de esos vinos que tenemos en el botellero de casa, en el mini bar del mueble del salón, o en una cajita con sus utensilios para abrir el vino que nos lo regalaron alguna vez. Tenemos varios esperando su oportunidad para tomárnoslo  y los dejamos  meses esperando una ocasión para descorcharlo y a veces se pasan ahí años.   Este vino es uno de esos. Aunque a mi también me lo regalaron,  he esperado poco para abrirlo, en la  primera ocasión que he tenido, lo he descorchado para disfrutar de el, haciendo con ello válida la máxima del encabezado donde decimos que el mejor vino siempre es el que se bebe.

 

Los 20 meses que indica su estancia en barrica y los otros 20 en botella recomendaba una decantación y oxigenación, así que puse en el decantador la mitad de la botella y esperé un ratín mientras preparaba un pinchito para valorar posteriormente los taninos.

 

Servido en copa nos ofrece una caída ágil, y rápida. No se si algo del ansia de catarlo que tenía me lo hizo parecer. Pero, lo cierto es que tiene fluidez.

Ya con la copa servida comprobamos esa fluidez. La balanceamos, que no giramos, lo hacemos levemente y vemos la caída por el interior de la copa. Ahí observamos que la misma es rápida y homogénea. Uniforme. Eso puede indicarnos que en la boca lo tendremos también conjuntado.

 

Ahora visionamos la copa  girándola 45 grados hacia abajo, ante algo blanco preferiblemente. Si lo hacéis en un bar, hacedlo con disimulo. Miramos el centro y luego el borde del vino. Esta visión nos ofrece una capa de intensidad media color rojizo brillante, indicando la juventud de la uva. Y su borde purpura que nos anima a sorberlo, taqmbién nos confirma la juventud de la uva lo que nos puede ofrecer una dominación frutal.

 

Pues ea, acabados estos preliminares visuales que son los que nos adentran es en la antesala del resto de valoraciones, nos disponemos a olfatear su aroma.

Sin remover, una primera inhalación nos ofrece claramente ese aroma a fruta fresca, a cerezas no maduras.

Removido a continuación en círculos con suavidad pero con firmeza, realizamos un segundo olfateado. En este caso me ofrece un olor mas aromatizado, podría ser a caramelo. Lo hace ya apetecible.

Un tercer olfateo nos hace notar el tiempo en barrica. Nos puede traer olores a la madrea que lo contuvo y  a ese entorno de bodega donde se crió.

Pero recordad que estas apreciaciones son personales y cada uno de vosotros podréis sentir otros aromas semejantes por recuerdos que tengáis por diferentes motivos.

Por ejemplo ese aroma a madera que digo, os puede recordar a la cocina de la casa del pueblo de vuestros abuelos mientras se preparaba la cena. Como ejemplo. Y que vuestra memoria os haga recordar.

Ya con todas estas consideraciones nos disponemos a dar el primer sorbo. Lo cierto es que la espera se alarga y las ganas de saborearlo son cada vez mayores.

Como hemos hecho en otras ocasiones un primer sorbo, aspirando líquido y aire a la vez, llenamos la concavidad de la lengua y la fundimos contra el paladar bordeando la caída del vino por nuestra lengua.

El paso por la boca es de intensidad global, embriaga y da sensación de plenitud.

Aunque su gusto es dominante, resalta el salado, pero no con fuerza, reafirmado el conjunto de ese sabor.

Podría denominarse como sabroso salado.

Su retronasal, que lo tiene, que es cuando expulsamos el aire tomado, nos vuelve a traer el aroma frutal que redondea el paladar.

 

Con este primer sorbo ya nos da ganas de tomar el pincho que habíamos preparado anteriormente,  sin embargo, si somos capaces de aguantar un poco, nos damos cuenta que la longitud de su sabor es largo y podemos ir retomando sabores anteriores y saborearlo.

 

Después de tomarnos ese pincho,  volvemos a dar otro sorbo y así comprobamos el tanino que resulta suave.

 

Tras una parada mientras se preparaba la mesa, y pasado varios minutos, retomé la copa y procedía a oler nuevamente y, en este caso me sorprendió un aroma a vainilla intenso que lo hacía apetecible.

Deciros que estos aromas hay que disfrutarlo en ese mismo instante, porque si no se hace, se pierde. Debemos oler siempre antes de cada sorbo, porque son olores que emanan y se disipan.

 

Ya en la mesa y en los continuos sorbos tomados mientras lo degustaba con la comida, se va observando que cada vez ese tanino es más aterciopelado y sedoso, ganando gustosamente con cada trago. Mejora con cada sorbo. Mola.

 

Con este vino, y como digo que poco a poco va superándose durante la comida, se podría decir tanto que debe acompañar  una buena comida como que una buena comida debe acompañarle a él, poniéndolo ambos a  la misma altura.

 

Yo lo he tomado con solomillo a la pimienta con pate y queso de cabra.

Y el pincho también de carne, con unas albóndigas suaves en salsa.

Por supuesto también con el queso. Pero no nos la darán con queso. Lo vale.

Va también muy bien con las salsas especiadas.

 

Además recordaba la frase de Prety Woman sobre las fresas y el champan.

En este caso es el vino el que realza los sabores.

 

Me ha encantado.

Ya sabéis, si tenéis uno de estos o similar en el botellero, abridlo y disfrutad de el.

Un saludo.

domingo, 9 de febrero de 2014

DON LUCIANO



Don Luciano 2012



Nombre.- Don Luciano.


Uva.- Tempranillo.


Denominación de Origen La Mancha

Precio de mercado.- Menos de dos euros.




Hacía tiempo que tomé este vino por primera vez, varios años, siete u ocho. Recordaba que en aquel momento me agradó. Por eso esta semana lo he elegido, para reencontrarme con el y ver si logro las mismas sensaciones.

Descorchado y vertido directamente en copa. No ha sido decantado.

En una primera visión, mientras cae, nos ofrece un vertido luminoso. Fluido y ligero.

En copa su color púrpura domina y apetece sorber.

Al  inclinarle y ver la adherencia al interior de la copa su untuosidad es ligera. Caida uniforme. Sin apenas gotas.

Deciros que poco nos va a aportar un vino solo con verlo. Bueno no mas de la apetencia de sorberlo si al observarlo vemos ,como en este caso, un color púrpura brillante. La visión nos sirve para saber qué nos vamos a encontrar al tomarlo.

Después de este primer contacto visual, me dispuse a olfatearlo. 

Sin girarlo, su primera sensación que me produjo fue como si hubiese abierte el cajón de las verduras de la nevera. Sí, su primer olfateo me pareció a vegetales.

Girado varias veces y vuelto a oler, su aroma en este caso me pareció mas a frutas tropicales.

Tomamos el primer sorbo y como siempre haciendo concavidad con la lengua, estrellando el contenido con el paladar y dejamos caiga por el contorno de la lengua y expiramos el aire por la nariz.

En este primer trago se le nota débil, ofreciéndonos un cuerpo de densidad baja, como ya podíamos intuir tras la visión. Por su ligereza sabíamos que algo así podríamos notar.

Su sabor es amargo. Tras su paso por la boca, que lo hace rápido, casi sin quererlo,  nos deja al final de la lengua, ahí bajo la campanilla, un ligero sabor amargo pero que no perdura. Es como si quisiese decir el vino que ha estado. y ha pasado por la boca. 

Su retronasal es también leve amargor, reafirmándolo. Pero que desaparece con rapidez. No se siente que despeje.

En la misma tónica de su estado general, es de cuerpo ligero. Ni menor ni peor, pero tendrá sus momentos.

El tanino es suave. No es áspero residual en la lengua. Al tomarlo con la comida no arrastra con energía el sabor.

Yo lo he tomado con merluza horneada y, sinceramente, por su ligereza me ha venido muy bien, rompiendo ese mito de blancos para pescados y tintos para carnes.
Pero con este no me atrevería a comerme un solomillo.

Otra cosa a tener en cuenta. Debido a esa propia ligereza y a la necesidad de beberlo para notarlo, si no te andas con cuidado, acabas mareado.

Podría valer para un menú de 12 euros en un restaurante como vino de la casa.

Gracias.
Un saludo.

domingo, 2 de febrero de 2014

BORSAO 2012


Borsao


 

Nombre.- Borsao 2012.  Garnacha Mística
 

Uva.- Garnacha
 

Denominación de Origen. Campo de Borja.
 

Precio de mercado.- Menos de dos euros.

 

Cuando tomé este vino de la estantería del súper no pensé que me fuese a gustar tanto.
 

Había tomado en otras ocasiones otros,  que ya los iremos analizando, con la misma denominación de origen. Campo de Borja.
Además, el tipo de uva, esta garnacha, me ha dejado buenas sensaciones casi siempre.
 

Ese medio día me dispuse a degustar los primeros sorbos.

Decanté como para dos copas y otra la serví directamente en ella.

Ya ahí observé como su color rubí iba destellando al caer por el cristal.

Elevamos la copa, y tras una primera visión de las marcas, sin agitarla, solo moviéndola levemente, vemos que los restos que va dejando nos ofrece una untuosidad media. El goteo de las paredes internas de la copa, las huellas que deja, no es uniforme. Eso ya nos predispone a que al tomarlo tendremos esa impresión de  densidad media.

Su brillo, como al caer, muestran ese tono rubí. El de la ciruela.

Tomamos el primer sorbo haciendo concavidad con la lengua, estrellando el contenido con el paladar y dejamos caiga por el contorno de la lengua y expiramos el aire por la nariz.

Al primer trago notamos que llena nuestra boca, ofreciéndonos un cuerpo de densidad moderada. Ya sabíamos por la visión que algo así podríamos notar.
 
Su sabor es equilibrado Mientras parece será salado, pasa a dar un toque de acidez  y amargor retornasal, dando también sensación de dulzor, aunque esto puede ser por la temperatura del vino. Temperatura ambiente.

Este primer sorbo nos deja una sensación final refrescante y con apetencia de otro sorbo seguido.

Su taninos ásperos crean apetencia de tomar un pincho al instante.
 
En este caso, las copas decantadas acompañaron la comida.
En esta ocasión ha sido acompañado con ensalada bien aliñada y aromatizada con orégano.
 
Y de primero unos canelones, bien gratinados y muy cremosos.
 
Este vino ha colmado en cuanto a calidad precio las primeras expectativas, aunque como decía la principio, el tipo de uva ya me había ofrecido en otras ocasiones mismas sensaciones.
 
Recomendable.
 
Gracias.
Un saludo