CASTILLO SAN SIMÓN
Nombre.- Castillo San Simón. CrianzaUva.- Tempranillo y Monastrell
Denominación de Origen.- Jumilla (Murcia)
Precio de mercado.- Sobre 1,75 euros
Esta semana volvemos a la búsqueda de esos vinos que encontramos prácticamente en todos los establecimientos y que rondan los dos euros de precio.
Esta semana volvemos a la búsqueda de esos vinos que encontramos prácticamente en todos los establecimientos y que rondan los dos euros de precio.
En esta ocasión me he atrevido con este cuyo nombre ya da reparo y parece que esta condicionado por aquello del Simón. Pero bueno, ser un crianza como es, con sus seis meses en barrica, el tipo de uva, monastrell y el precio que tiene, menos de dos euros, pues, hay que llevárselo.
Su descorchado no ofrece ninguna resistencia y el tapón no presenta ninguna irregularidad.
En esta ocasión vierto el contenido en copa, creo que no le hará falta decantado, además, estaba preparando el acompañamiento y pasaría un ratillo hasta la cata.
Vemos que el brillo del vino es llamativo. Luminoso. Apetece sorberlo.
Es licuado, ligero y ágil. Esta parte podríamos decir que le corresponde a la parte de uva tempranillo que lleva en su composición.
De untuosidad baja, la caída del vino al mecer la copa es rápida y homogénea.
Su color nos indica que es de capa media-baja por lo que debemos esperar vino fino al paladar.
Para analizar su olor, acercamos la copa a la nariz y tomamos una primera aireación olfateando con determinación.
Nos lo ofrece a flores silvestres, frescas.
En sucesivos olfateos y sobre todo tras un reposo se puede detectar con facilidad un aroma a vainilla muy agradable. Además también se pueden obtener olores a frutas en almíbar. En otras olfacciones.
Para ello, para obtener estas impresiones y como hemos comentado en varias ocasiones, debemos oler cada vez que sorbemos. Sin cortaros, o aunque sea de manera disimulada, por aquello de que no crean que somos sibaritas.
Ya es el momento de catarlo en boca. Tomamos la copa, expulsamos el aire y tomamos un sorbo a la vez que tomamos aire, para la retronasal. El sorbo lo rodeamos por la boca y al tragarlo expulsamos el aire por la nariz.
En esta primera toma, nos deja un gusto de conjunto aunque a mi me ha parecido que deja señas en los laterales de la lengua, lo que le determinaría de ácido, pero no desagradable. Como hemos visto otras veces puede no ser una penalidad sino una cualidad el que caracterice un gusto determinado.
Entra ligero, como ya sabíamos que sería. Su paso es agradable, pero rápido y apenas deja huella, quizás por la retronasal que es muy limitada.
Su tanino es aterciopelado, suave y sin resecar la boca. Deja un ligero picor en la lengua pero como digo de terciopelo.
Hoy lo he acompañado con un arroz negro con calamares y gulas. Una nueva especialidad con la que me he atrevido y que ha quedado genial. Han equilibrado perfectamente.
Y la ensalada pertinente.
Es un vino fresco y apropiado para el día a día, y sobre todo estos tan soleados como este fin de semana que hemos tenido.
Lo mejor, aparte de ese olor a vainilla y almíbar en ocasiones, es su precio; y lo peor, su nombre.
Muchas gracias.
Un saLudo.
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